La campaña fue presentada por algunas de las mujeres más poderosas de Hollywood para apoyar a las víctimas de acoso sexual.
El plan de acción contra el acoso, Time’s Up, fue presentado este lunes por algunas de las mujeres más poderosas de Hollywood, como las actrices Reese Witherspoon, America Ferrera, Eva Longoria, así como la directora y guionista, Shonda Rhimes.
El plan tiene un fondo de defensa legal de 13 millones de dólares y tiene ambiciones de amplio alcance.
Hasta el momento, la agenda es una lista de objetivos elevados para el movimiento #MeToo, como la defensa legal de víctimas de mala conducta sexual, impulsar una nueva legislación para penalizar a las empresas con problemas persistentes de acoso, fomento a la paridad de género en los estudios de Hollywood y agencias de talentos, así como una muestra de solidaridad, a través de vestidos negros, en los Golden Globes.
El aspecto más revolucionario del movimiento es: a quién servirá.
Los esfuerzos de la iniciativa no están reservados para unos pocos privilegiados.
Lee: Mujeres que rompen el silencio por acoso sexual son el Personaje del Año de Time
Las mujeres en Hollywood están utilizando el proyecto para defender sus propios derechos y los de las mujeres en las líneas de trabajo de perfil bajo, en parte, al apoyar financieramente sus batallas legales.
“Desde escenarios de películas hasta campos agrícolas y salas de juntas, imaginamos un liderazgo nacional que refleje el mundo en el que vivimos”, dice el sitio web de Time’s Up.
Time’s Up cuenta con un fondo de defensa legal de 13 millones de dólares
Ayuda a responder algunas de las críticas de que el movimiento #MeToo. Algunas de ellas son quejas por el hecho de que se ha centrado demasiado en las mujeres cuyos supuestos abusadores son hombres poderosos, mientras que pasan por alto a las víctimas de los no famosos.
“Si este grupo de mujeres no puede luchar por un modelo para otras mujeres que no tienen tanto poder y privilegios, ¿quién puede hacerlo?”, dijo Rhimes al New York Times.
Lee: Más mujeres en puestos directivos no garantiza la reducción de acoso
Igualdad en empresas
El enfoque ilimitado de Time’s Up se adapta a la naturaleza radical y agnóstica de la industria de la epidemia de acoso sexual.
Este es único, ya que se produce en un momento en que las iniciativas destinadas a mejorar la vida laboral de las mujeres no solo carecían de universalidad sino que han dividido a las mujeres en dos clases: las que tienen y las que no.
El ejemplo más evidente se produjo en 2015, cuando Netflix introdujo una nueva política de licencia parental que dio a los nuevos padres un año de descanso.
Time’s up intenta responder a las críticas del movimiento #MeToo
Esta, aunque era generosa en cualquier medida, solo se aplicaba a los empleados asalariados en el negocio de transmisión de Netflix, creando niveles de empleados en la empresa, ya que excluía a cientos de trabajadores en otras divisiones.
Lee: La desigualdad en salarios ya es ilegal en Islandia
Más tarde, Netflix mejoró los beneficios de aquellos que quedaron fuera de la política inicial de licencia por paternidad, pero no lo suficiente como para igualar las ventajas que disfrutan los empleados de transmisión asalariados.
Desde que se ensarto Netflix por su enfoque original, algunas empresas han sido explícitas al aplicar nuevos paquetes de beneficios a todos los trabajadores, independientemente de su estado laboral.
En enero de 2016, Hilton introdujo una nueva política de licencias que se aplicaba a su personal por hora. Más adelante en el año, la compañía de yogur, Chobani, dijo que ofrecería un nuevo programa de licencias familiares para sus 2,000 trabajadores, incluidos los de la fábrica.
Y en diciembre de 2016, Ikea lanzó un nuevo programa que trataba a los empleados asalariados y por hora de manera idéntica.
“Maldita sea, todo es posible”
Shonda Rhimes
Incluso cuando las empresas introducen sus propias políticas de forma más equitativa, los beneficios se aplican, por supuesto, solo a los empleados de dichas empresas; los que tienen en este escenario, con todos los demás convirtiéndose en desposeídos.
Esa es una de las muchas desventajas del sistema de manejo de tales beneficios por parte de Estados Unidos a nivel del empleador, más que a nivel federal, como en todas las demás economías industrializadas.
Pero incluso fuera de la esfera corporativa, ha habido críticas de que los esfuerzos a favor de las mujeres, especialmente aquellos que en la era de Trump, han creado clases.
Los organizadores de la Marcha de las Mujeres en Washington en enero de 2016 fueron criticados por ignorar a las mujeres de color y existía la preocupación de que solo las mujeres pudientes pudieran permitirse participar en la huelga del “Día Sin Mujer” en marzo pasado.
Concebir una iniciativa que atraiga a todas las mujeres interesadas no es una tarea fácil, pero Time’s Up es un esfuerzo sin precedentes.
“Acabamos de llegar a esta conclusión en nuestras cabezas de que, maldita sea, todo es posible”, le dijo Rhimes al Times. “¿Por qué no debería ser?”