Una especialista en el tema te dice cómo lo logran empresas más consolidadas, como Airbnb.
Una especialista en el tema te dice cómo lo logran empresas más consolidadas, como Airbnb.
¿Has escuchado hablar de la llamada Economía Colaborativa (sharing economy)? Si la respuesta es no, entonces piensa en todos los servicios que utilizas como una nueva opción a otras más tradicionales actualmente para transportarte u hospedarte.
Sí, como Uber o Airbnb, cuyos modelos de negocio se basan en este principio. Bajo este sistema, la prioridad es el uso de las cosas o disfrutar una experiencia más que la propiedad.
Cambiar el concepto de comprar por el de compartir es una tendencia que se fortalece día a día sumando miles de adeptos alrededor del mundo.
En medio de estas condiciones, el modelo de Airbnb se perfila como una alternativa.
“El contexto es que la vida se volvió demasiado cara en las ciudades. Hace 30 años la gente no tenía la necesidad de meter a un extraño a su casa para ganar dinero extra”, señala Nelly Ramírez Moncada, investigadora y especialista en Sharing Economy y mentora de Unreasonable México y MasChallenge. Aunque la clave, dice, es la confianza.
El reporte de Economía Colaborativa: Diagnóstico y Oportunidades en México, de Nacional Financiera, menciona que la desconfianza de los clientes es el primer gran reto a superar para detonar esta industria en nuestro país con el 25% de las opiniones –el porcentaje llega al 42% en Latinoamérica–; le sigue el desconocimiento del tipo de negocio y la desregulación.
Sin embargo, Airbnb ha sabido superarlo. Ha posicionado en todo el país con un total de más de 80,000 alojamientos. Este año ha tenido un crecimiento del 201% de viajeros mexicanos usando la plataforma y un incremento del 78% en cuanto a número de alojamientos.
Incluso, se han creado startups que, inspiradas en el concepto de Airbnb, buscan aprovechar las ventajas de este modelo para llevarlo a otras industrias.
Así, Jimena Pardo y Diego Solórzano lanzaron Carrot en 2012, con la idea original de ofrecer un servicio de autos compartidos (car sharing) a través de una plataforma que permitiera al usuario disponer de los vehículos de la compañía por hora o por día. En sólo cinco años se han sumado a este giro marcas como Uber, Econduce (scooters eléctricos) y BlaBlaCar (carpooling).
Todas con el propósito de combatir el uso irracional e ineficiente del auto.“Hoy, cada uno de los protagonistas ocupamos un lugar en el mercado”, asegura Jimena, actual CEO de la empresa.
Ahora se declara lista para que Carrot se convierta en un marketplace (carrotshare.mx), en donde personas y empresas puedan compartir sus vehículos.
El objetivo es generar un mayor impacto al pasar de una flotilla propia de 100 unidades a más de nueve millones de automóviles prospecto en la Ciudad de México y 40 millones en el país.
“Todos los usuarios podrán tener acceso a un auto de forma racional, escoger el modelo con base en su necesidad y los propietarios obtendrán un ingreso extra en lugar de tener su vehículo estacionado casi el 90% del tiempo”, concluye.
Si tu quisieras poner un negocio que siga el giro de la economía compartida, deberás conocer y saber aplicar tres reglas fundamentales. Ramírez Moncada, en entrevista para la edición de octubre de la revista Fortune en Español, las comparte.
1. Existe una relación de confianza
No sólo entre los usuarios, sino también confianza en la plataformamisma. Para lograrlo, hay factores a considerar: que la gente pueda dejar comentarios, que la información sea transparente y que haya seguridad en los sistemas de pago.
“Si nos hubieran dicho hace 10 años que este tipo de plataformas iban a existir, no lo creeríamos. Hoy somos capaces de confiar”, dice la experta.
2. Se aprovechan bienes subutilizados
Aquí el universo de posibilidades es enorme: desde la renta de objetos –equipo de sonido, herramientas para el hogar y automóviles–, hasta de espacios –coworkings, cajones de estacionamiento y habitaciones, departamos o casas–. Incluso, dinero vía plataformas de Peer to Peer lending o préstamos entre particulares.
3. Las transacciones se hacen vía una plataforma
La tecnología permite escalar estos modelos y el usuario se suma de manera natural porque le facilita la vida.
“El ser humano no fue creado para estar solo. Y la tecnología hizo darnos cuenta de la importancia de vivir conectados con otros seres humanos y de colaborar con ellos”, agrega Marcelo Tedesco, director general del MIT EF México.
NOTA DEL EDITOR: Un extracto de este artículo fue publicado en la edición de lanzamiento de la revista Fortune en Español, de octubre 2017.