Grupo Monex prevé más presión para las finanzas públicas de México y obstáculos para la recuperación de la inversión en el país.
Las recientes bajas a la calificaciones de Pemex crecerán aún más en el corto plazo su gasto financiero, y por lo tanto supondrán más presión para las finanzas públicas del país, de acuerdo con un análisis de Grupo Monex.
Además, los ajustes realizados a las notas de la petrolera por parte de Moody’s y Fitch podrían obstaculizar la recuperación de la inversión en México y limitar aún más el crecimiento económico, agregó el área de análisis del prestamista en un reporte para sus clientes.
“Los sucesos de hoy (viernes) eran un resultado anticipado, pero su materialización constituye un evento disruptivo para las condiciones económicas del país”, consideró Monex.
Moody´s degradó la semana pasada la calificación de Pemex en dos escalones, al pasarla a Ba2, desde Baa3.
Debido a que Fitch Ratings ya había degradado a la petrolera (la más reciente fue el viernes, antes del anuncio de Moody´s) ya se cumple la condición que impide a varios fondos de inversión mantener la posesión de los bonos de la empresa, pues dos de las tres grandes calificadoras los ubican ya en grado especulativo, recordó Monex.
La otra gran calificadora, S&P, recortó a finales de marzo su nota para la deuda de la petrolera de ‘BBB+’ a ‘BBB’, aún en grado de inversión.
El recorte de Moody’s a la deuda de Pemex fue una medida espejo a la baja de nota soberana de México, que pasó de A3 a Baa1, con perspectiva negativa, es decir, que abre la puerta a otra posible rebaja.
En las últimas semanas las tres principales calificadoras crediticias degradaron las calificaciones de México y Pemex en medio del severo golpe económico esperado por la pandemia del COVID-19.
Fuente: Monex
¿Qué argumentó Moody’s sobre Pemex?
La vicepresidenta senior de Moody’s, Nymia Almeida, indicó en el reporte de la agencia sobre Pemex que la medida tomó en consideración expectativas para un periodo prolongado de flujo de caja libre negativo y la necesidad de financiamiento externo, a pesar de los esfuerzos de la petrolera para ajustar los costos e inversiones a los bajos precios del petróleo.
La calificadora apuntó que la degradación refleja la alta vulnerabilidad de la petrolera a los bajos precios de los productos básicos dada su frágil posición de liquidez y su excesiva deuda.
La deuda de la petrolera se ubica en 105,200 millones de dólares, de acuerdo con el reporte financiero del cuarto trimestre de 2019.
Expuso que entre mediados de 2019 y principios de 2020, el gobierno federal pudo estabilizar la producción de petróleo y refinanciar la deuda, pero la generación de flujo de efectivo y las métricas crediticias de Pemex seguirán siendo débiles en el futuro a medida que la empresa lidie con los bajos precios del petróleo, los altos vencimientos de la deuda y la baja inversión en exploración y producción a favor de una expansión de su negocio de refinación, que ha generado pérdidas por varios años.
Consideró que la necesidad de fondos externos para cubrir el flujo de efectivo libre negativo aumentará como consecuencia de la capacidad limitada de la compañía para mejorar sus resultados comerciales debido a la maduración de campos petroleros, la escasez de capital para invertir lo suficiente en exploración y producción, con consecuencias negativas en la producción y el reemplazo de reservas, y el mandato gubernamental de expandir el negocio de refinación.
En el caso de la refinación, Moody’s prevé que continuarán las pérdidas operativas del negocio y que será vulnerable a las tendencias de demandas a mediano plazo de la industria del petróleo y gas.
Te puede interesar: Las calificadoras nos vigilan
¿Y sobre la deuda de México?
En su anuncio del viernes sobre la calificación del país, Moody’s expuso que la perspectiva de crecimiento a medio plazo de la segunda mayor economía latinoamericana se debilitó.
“La perspectiva negativa refleja el riesgo de que la fortaleza económica y fiscal se deteriore aún más de lo reflejado en la calificación de Baa1 debido a la persistente incertidumbre en torno a la dirección de las políticas públicas a mediano plazo”, señaló en un reporte sobre la nota soberana de México.
La agencia destacó que la situación financiera y operativa de Pemex “está erosionando la fortaleza fiscal del Estado, que se encuentra presionado por un crecimiento más lento de los ingresos debido a una economía más débil”.
Impacto del nuevo coronavirus
La rebaja de Moody’s a la nota de México llega dos días después de que Fitch Ratings redujera su calificación, de “BBB” a “BBB-” con perspectiva estable, previendo que el impacto del COVID-19 conducirá a México hacia una fuerte recesión.
S&P hizo lo propio a finales de marzo, dejando la calificación de la deuda del país en “BBB”, con perspectiva negativa.
Hacienda reconoció en un comunicado que la acción de “las tres principales agencias calificadoras” se da en momentos en que “el panorama económico global se ha deteriorado rápidamente”, pero destacó que las tres mantienen a México en grado de inversión.
“Esto permite que el Gobierno de México continúe teniendo amplio acceso al financiamiento en los mercados nacionales e internacionales de capital en condiciones favorables de plazo y tasa de interés”, agregó.
La economía mexicana podría contraerse este año casi 4%, según estimados del gobierno, mientras que el Fondo Monetario Internacional pronosticó la semana pasada una debacle del 6.6% para la economía mexicano en 2020 por el efecto del nuevo coronavirus.
Con información de AFP y Francisco Rivera