Los mexicanos aspiran a una mejor educación y servicios de salud, López Obrador ha planteado que es posible este desarrollo aunque la economía no crezca. Los expertos opinan.
Por Elizabeth Albarrán
El miércoles 31 de julio, a las seis de la mañana, Andrés Manuel López Obrador definió la situación económica del país.
“No hay recesión, vamos muy bien en lo económico y cada vez está mejor la situación económica y social”, indicaba el presidente luego de que antes el INEGI hiciera público que la economía había crecido sólo 0.1% en el segundo trimestre de 2019.
El dato mostró que México no está en recesión técnica, como muchos analistas anticipaban, pero tampoco está en su mejor momento, pues esto refleja una fuerte desaceleración.
Sin embargo, el mandatario expresó: “Estamos bien y de buenas”. Planteaba que la meta de su gobierno iba más allá de que el Producto Interno Bruto (PIB) creciera, su prioridad es el desarrollo, dijo, mejorar las condiciones de vida de las personas.
En la última década, la economía mexicana ha registrado un crecimiento promedio de 2% y las personas en situación de pobreza pasaron de 49.5 a 52.4 millones.
Entonces, ¿puede pensarse en desarrollo sin crecimiento? Los expertos Manuel Molano, director del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO); Rodolfo de la Torre, director de Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) y Gonzalo Hernández Licona, exsecretario ejecutivo del Coneval, consideran que no.
Desde su perspectiva, el planteamiento de buscar desarrollo sin importar el crecimiento no es adecuado, una nación no puede mejorar en educación, salud y vivienda si no tiene recursos suficientes.
Fortune en Español: ¿Es posible tener un mayor desarrollo sin crecimiento económico?
IMCO: No. En la medida en que puedas hacer crecer el ingreso nacional y el de la población, puedes generar desarrollo. Si no hay crecimiento económico lo que pasa es que nos rebasa el crecimiento poblacional, es decir, tendrás los mismos recursos pero más mexicanos.
CEEY: La idea de desarrollo de los países surge en los 50 y se pensaba que el PIB era un indicador de desarrollo, pero en los 70 se agregó la idea de que había que tomar en cuenta la desigualdad; esto es, el crecimiento de la producción con una distribución mejor del ingreso. Entonces,
lo importante del desarrollo es lo que hacen las personas con los recursos disponibles, no los recursos en sí ni cómo están distribuidos, sino con cosas no monetarias.
EXCONEVAL: El desarrollo tiene tres componentes básicos: el crecimiento económico, mayor equidad y menor pobreza. Entonces, el crecimiento es parte del desarrollo, sin duda. Lo que hay que ver es cómo estas tres variables mejoran en el tiempo. En tanto el gobierno pueda mejorar estos tres rubros, podemos estar pensando que el desarrollo mejora.
F. En la última década ¿qué tanto ha mejorado el desarrollo del país, considerando que el avance de la economía ha sido de 2% promedio?
IMCO: Buena parte de por qué el crecimiento y el desarrollo no han llegado a muchas regiones del país es por las carencias institucionales y problemas que tienen que ver más con el estado de derecho. En el sur-sureste la economía crece 4%; y si separas por entidad, Aguascalientes crece 10%.
En Oaxaca y Chiapas hay lugares que se rigen por usos y costumbres, no hay tal cual un gobierno y eso complica que pueda haber desarrollo. Ahora, no es incompatible que una economía moderna preserve tradiciones: en Alemania o Japón mantienen costumbres que parecerían medievales pero, no obstante, son economías superavanzadas.
CEEY: Sí ha habido avances. El Índice de Desarrollo Humano de México no ha dejado de crecer; es decir, ha mejorado la esperanza de vida, el futuro de las personas al concluir sus estudios y el ingreso de los más pobres. El Coneval ha demostrado que sí hay avances en la satisfacción de necesidades no monetarias, como el acceso a la salud, educación, vivienda y seguridad social, pero son lentos porque la economía no mejora su desempeño.
EXCONEVAL: Yo diría que en los últimos 10 años el desarrollo ha sido bastante poco y parco, lo cual impide que se reduzca la pobreza rápidamente. Sólo hay que observar las brechas entre grupos sociales.
Por ejemplo, en 2018 la pobreza extrema de los hombres urbanos no indígenas fue de 3.9% y la de las mujeres rurales indígenas fue de 45.7%; esta brecha es más grande que la registrada durante 2016. Creo que hay un elemento de equidad que debe mejorar.
F. ¿Cómo resolver la baja movilidad social, es decir, evitar que una persona que nace en la pobreza se quede ahí, de qué forma mejorar las oportunidades para las mujeres?
IMCO: Hay discriminación y problemas asociados a la movilidad social que se relacionan con que somos una sociedad de oportunidades cerradas, y eso dificulta el crecimiento. Me parece refrescante que el presidente tenga una agenda social ambiciosa, pero si la economía no crece, no hay manera de que el Estado recaude más, y si no recaudas más no se resuelve la pobreza.
CEEY: La movilidad social es un ingrediente que se agrega al desarrollo, lo que está atrás es una noción de igualdad de oportunidades. Mientras los resultados de una persona dependan sólo de su esfuerzo vamos a tener grupos que sistemáticamente estarán en desventaja.
EXCONEVAL: El tema de género es complicado. Históricamente tiene que ver con los roles culturales, con elementos de poder entre hombres y mujeres; en tanto podamos romper esos elementos de poder o discriminación, lograremos ver una menor brecha. Hay países escandinavos que han avanzado mucho, donde la mujer ha tenido una lucha más fuerte y los hombres han aceptado que cualquiera puede tener oportunidades. En México, si bien hay mejoras, hay factores más estructurales en los que aún falta avanzar.
F. El Plan Nacional de Desarrollo que entregó el presidente, ¿está enfocado en mejorar el desarrollo?
IMCO: Creo que hubo dos planes. El primero, que hizo Carlos Urzúa, era muy bueno, pues se establecieron metas y objetivos justificados. El segundo, que es el que presentó el presidente, no es particularmente útil. No es un plan. Si pudiéramos describirlo sería más bien “los grandes éxitos de Andrés”, porque sólo es un refrito de los discursos que ha dado en los últimos 20 años. Es nada más un manifiesto político que carece de indicadores, metas y objetivos.
CEEY: Se nos presentaron dos planes, uno que sí cumplía con los requisitos para fijar metas, cómo se iban a alcanzar y en qué tiempos, pero se desechó. Lo que quedó es un documento donde llama la atención que se menciona muy poco la palabra “desarrollo” pero se habla mucho del bienestar. Habrá que ver qué entiende el presidente por bienestar y cómo se logra sin crecimiento.
EXCONEVAL: Ojalá se puedan retomar algunos elementos del plan que hizo Hacienda y varias dependencias, porque coincidían en lo que debía hacerse en materia de desarrollo. En el plan que se presentó quedaron fuera las dependencias. Espero que en la práctica se lleve a cabo el primero porque tenía objetivos e indicadores. Espero que cuando generen los programas sectoriales utilicen el primero.