La banca, que está haciendo su máximo esfuerzo para mejorar aunque sea un poco el universo, haciendo lo que mejor hace: prestar dinero.
Las compañías tecnológicas normalmente hablan sobre su deseo de cambiar al mundo, y muchas lo logran. Pero hoy, quisiera desviar su atención a una industria mucho más prosaica: la banca, que está hacienda su máximo esfuerzo para mejorar aunque sea un poco el universo, haciendo lo que mejor hace: prestar dinero.
Como parte de de la lista anual de Fortune: “Change de World”, ‘Cambiar al mundo’ en español, esta mañana estaremos publicando una historia magnífica, majestuosa y francamente monumental en el esfuerzo de JPMorgan por reconstruir Detroit. En como JP Morgan Chase ha encontrado una forma de regresar la banca a un supuesta ciudad “inbancable” en medio de una fuerte crisis.
Después de varias de adquisiciones, JPMorgan Chase se encontró con una participación de mercado dominante en Detroit, una distinción potencialmente dudosa, que a pesar de esto, le brindó una profunda conexión con la ciudad.
Al canalizar recursos a través de prestamistas sin fines de lucro, que pueden asumir préstamos más riesgosos que el mismo banco, JPMorgan Chase ha dirigido fondos a pequeñas empresas y propietarios de Detroit de manera significativa. Es importante destacar que JPMorgan Chase tiene beneficios a la vista: una ciudad revitalizada redundaría en la línea de fondo de un banco dominante.
Hay un ángulo de tecnología aquí también. JPMorgan Chase utilizó a los científicos de datos para construir una base con información focalizada por sectores como el gasto de los consumidores, los ingresos, las escuelas y otros factores que guiarían a los prestamistas y a las organizaciones sin fines de lucro locales a los puntos más prometedores para proyectos de desarrollo.
La teoría es que al centrarse en ramas de alto potencial, el capital del banco tendría un mayor impacto. JPMorgan Chase es tan optimista sobre sus primeros resultados, que planea lanzar esfuerzos similares muy pronto en otras ciudades, informa Heimer. Con tantas noticias para estar asustado, deprimido o francamente enfadado, ¿no es agradable comenzar el día al oír hablar de tantos tratando de hacer tanto bien?