Los inversionistas que superan al mercado consistentemente son aquellos que apuestan en tendencias oportunas. En esta guía los expertos se vuelven muy selectivos y profundizan en cinco sectores que pueden prosperar incluso si a la economía de EE.UU. no le va bien.
Por Matt Heimer
Durante la década pasada, los inversionistas han obtenido inmensas ganancias debido al mercado alcista más prolongado de la historia de las acciones de Estados Unidos. La mayoría de nosotros también nos hemos beneficiado de algo más: un cambio en cámara lenta que ha reducido el costo de participar en el mercado.
El cambio en cuestión es el aumento de inversiones “pasivas”, ejemplificado por el índice de fondos mutuos indexados y fondos negociados en bolsa (ETF) que rastrean índices de referencia.
Hace 10 años, los inversionistas bursátiles tenían tres veces más dinero en fondos administrados activamente —cuyas tenencias son, de forma típica, seleccionadas por analistas con maestrías en administración de empresas y analistas de números— que en fondos pasivos. En agosto pasado, los fondos pasivos arrebataron la corona superando a los activos por primera ocasión.
Esta revolución financiera ha sido impulsada por el sentido común. Los fondos pasivos son menos costosos de operar y sus creadores le pasan esos ahorros a los clientes en forma de tarifas mucho más bajas.
Una serie de estudios ha demostrado que tales ahorros a menudo superan cualquier ventaja de rendimiento conferida por la experiencia de gestores activos, y los cambios tecnológicos que redujeron drásticamente el costo de las transacciones han ampliado esa ventaja.
Sobre todo, el hecho de que los índices de EE.UU. hayan sido tan exitosos ha propiciado que la inversión pasiva parezca una obviedad. No obstante, la nueva década podría desafiar nuestra fe en el poder de la pasividad. Hasta los estrategas más optimistas entrevistados para la Guía del Inversionista 2020 esperan una menor rentabilidad de las acciones en los próximos años.
Tal como señaló Savita Subramanian, del Bank of America Merrill Lynch: “Las empresas que superarán el mercado no son lo bastante grandes como para compensar a las que tendrán un rendimiento inferior”. En otras palabras, los inversionistas de índices pronto aprenderán que no son inmunes al dolor.
¿Cuál es el antídoto para los retornos decepcionantes? No es abandonar los fondos pasivos: las ventajas a largo plazo de invertir a bajo precio son demasiado buenas para dejarlas, pero puede ser momento de volver a jugar a seleccionar acciones.
De manera histórica, los inversionistas que superan al mercado consistentemente lo han hecho dedicando al menos una pequeña parte de sus carteras en apuestas concentradas en tendencias oportunas, y cuando los mercados están lentos, ese rendimiento superior parece más significativo.
En ese sentido, Shawn Tully describe a un pensador altamente estratégico, Weijian Shan, quien ha obtenido ganancias sorprendentes con inversiones en el consumo chino. Y en esta guía anual de acciones y fondos, los expertos se vuelven muy selectivos y profundizan en cinco sectores estrechos que deberían prosperar incluso —o tal vez especialmente— si el mercado en general decepciona.
CUANDO LO “PASIVO” SE VOLVIÓ AGRESIVO
Los fondos indexados de bajo costo han atraído a los inversionistas y sus recursos alejándolos de los administradores “activos”.
El mercado accionario de Estados Unidos sigue alcanzando nuevos máximos embriagadores, así que, ¿por qué actúan los inversionistas como si el cielo fuera a caerse?
Sí, el S&P 500 ha eclipsado la presuntuosa barrera de los 3,000 puntos varias veces a lo largo del año pasado. Lo mismo aplica para el promedio industrial Dow Jones, que por lo regular ha superado el nivel de los 27,000 puntos. Esas marcas altas le han dado la confianza a algunos observadores de que el actual mercado alcista todavía tiene espacio para crecer.
Sin embargo, la cantidad de alzas y bajas entre esos picos cuentan otra historia. Hasta mediados de noviembre, el mercado estaba apenas arriba de los picos que alcanzó a principios de enero de 2018, y la volatilidad se ha convertido en el nuevo statu quo.
Hasta octubre, hubo 37 días este año en los que el S&P se movió 1% o más hacia arriba o abajo, comparado con solo ocho días en todo 2017 —una señal de qu-e muchos accionistas están con el dedo sobre el botón de “vender”—.
Esta dinámica es alentada por vientos macroeconómicos, incluyendo la continua guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo y signos de una desaceleración del crecimiento global. Solo se necesita un tuit de la Casa Blanca o una declaración al vuelo del gobernador de la Reserva Federal para mandar los principales índices a volar o a hundirse.
Es suficiente como para que algunos inversionistas se alejen de los mercados accionarios. En septiembre, AllianceBernstein reportó que los inversionistas habían sacado un récord de 1,000 millones de dólares de las acciones en los 12 meses anteriores, trasladando la mayor parte de ese dinero a bonos y fondos de mercado de dinero.
“En general, el mercado ha permanecido plano o un poco arriba” durante casi dos años, “y el nivel de optimismo ha declinado dramáticamente”, afirma Andrew Slimmon, administrador senior de portafolio en Morgan Stanley Investment Management. Al entrar a 2020, la incertidumbre aumenta.
En el panorama económico, la elección estadounidense de enormes consecuencias puede redefinir las relaciones comerciales entre EE.UU. y China, la regulación en los servicios financieros y de salud, y mucho más.
Y falta por ver si los múltiples recortes a las tasas de la Reserva Federal en la segunda mitad de 2019 (junto con movimientos similares por parte de otros bancos centrales) ayudará a mantener la expansión económica más larga registrada.
“¿Será eso suficiente para revertir la desaceleración del crecimiento?”, pregunta Saira Malik, jefa de capitales globales en Nuveen, “¿o acaso estamos entrando en un periodo donde la desaceleración continuará hasta que se convierta en una recesión?”.
Enfrentados con esa pregunta, la mayoría de los inversionistas profesionales se alejan de la palabra con “R”.
Ninguna de las dos docenas de fuentes que hablaron con Fortune para este reportaje pronostican una desaceleración avanzada o recesión en los próximos 12 meses, y ninguno dijo que estuvieran viendo el tipo de burbujas de activos que precedieron las caídas de 2007 y 2001.
El gasto del consumidor —que representa 70% del PIB en EE.UU.— no parece disminuir, en especial con el desempleo en su nivel más bajo en 50 años. La mayoría de las predicciones tienen a la economía estadounidense creciendo 2% el próximo año.
Sin embargo, hasta esa modesta predicción puede ser optimista. Hay una creciente preocupación de que la errática política comercial de la actual administración y su hostilidad a la inmigración, combinada con una carga de deuda federal que aumenta con rapidez, puedan restringir el crecimiento todavía más.
Combine eso con valuaciones de las acciones históricamente altas y menores ganancias corporativas, y es claro por qué nuestras fuentes incluyen a varios toros en estampida.
“En esencia, creo que la gente debe esperar menores ganancias en adelante”, aconseja Ron Temple, director y jefe de valores de EE.UU. en Lazard Asset Management. “Dirigiéndonos al año 11 de una expansión, el crecimiento de las ganancias es más limitado”.
Otros dicen que la preocupación por el menor crecimiento a largo plazo podría, irónicamente, generar mayor crecimiento a corto plazo, sobre todo durante la actual campaña de reelección de cierta persona. Slimmon, de Morgan Stanley, responde que el mercado podría “ir al alza” si, por ejemplo, el presidente acelerara un acuerdo comercial con China.
Sin embargo, aun si los inversionistas no pueden esperar nada mejor que algo regular de las acciones, habrá muchas oportunidades para ganar dinero. Algunos están en sectores que son menos vulnerables a una desaceleración general —piense en la tecnología y los bienes de consumo—.
Otros están en los sectores financiero y de atención médica, en donde la reciente inquietud de los inversionistas ha dejado a muchas acciones subvaluadas injustamente.
Con todo eso presente, he aquí 27 acciones y dos ETF que muestran promesas. La mayoría están ubicados para desempeñarse bien incluso si la economía se mantiene lenta. Algunas son “apuestas atrevidas” para quienes se sienten más optimistas sobre el mercado o la economía, gente lista para ser “valiente” dentro de una nueva década.
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PRONÓSTICO RENTABLE
Los analistas esperan que el sector salud esté entre los que más crezcan en 2020.
ACCIONES TECNOLÓGICAS
Los principales nombres pueden no generar las principales ganancias el siguiente año.
Las acciones de las mayores compañías tecnológicas —Google, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft— han tenido una carrera fuerte la última década, pero 2020 puede ser el año en que pierdan su aura de indestructibilidad.
Estas acciones de alto rendimiento se enfrentan a una creciente regulación por las preocupaciones de privacidad, tanto en EE.UU. como en Europa, junto con las llamadas de todo el espectro político para dividirlas.
“Podría haber impactos significativos en la tecnología dependiendo de cómo vaya la elección o quién gane la nominación [demócrata]”, cuenta Malik, de Nuveen. Y las tensiones comerciales han amenazado a las bases de clientes y cadenas de suministro de algunas firmas.
El resultado es que elegir ganadores en este sector se complica. El gigante de telecomunicaciones y hardware Cisco se ha desplomado hace poco en el mercado, cotizando a 15 veces su razón precio-beneficio (PER) para el año fiscal 2020 (el promedio del sector es superior a 20). Pero la enorme cartera de productos y patentes de Cisco en equipos de red está bien posicionada para beneficiarse de la llegada del 5G y el creciente entusiasmo por el internet de las cosas.
Los administradores de dinero ciertamente no están abandonando los grandes nombres tecnológicos.
Matt Benkendorf, director ejecutivo de inversión de la administradora de activos Vontobel Quality Growth, afirma que la tormenta por la privacidad de los datos no debería alejar a los inversionistas de Alphabet, cuyas cuestiones regulatorias, añade, “no son ni remotamente tan complicadas como las de Facebook”.
Benkendorf cree que la empresa está muy adelantada adaptando su modelo de negocios para darle a los consumidores más control sobre sus datos, una evolución que debería ayudar a proteger su negocio de publicidad increíblemente rentable de los reguladores.
Otros inversionistas están emocionados por la cartera de negocios de investigación y desarrollo de Alphabet.
Gary Robinson, administrador conjunto del Fondo U.S. Equity Growth de Baillie Gifford, ve la industria de vehículos autónoma como una de las tendencias de mayor impacto en la tecnología, y cree que la exposición de Alphabet en ese negocio a través del proyecto Waymo, de vehículos autónomos, es una razón cada vez más convincente para apostar por esa acción.
Con un alza de más de 40% en el precio de su acción, nadie llamaría a Microsoft una joya escondida (su liderazgo encabeza la lista de Empresarios del Año de Fortune).
Pero los analistas ven una ventaja aún mayor en Azure, la plataforma informática en la nube de Microsoft. James Tierney, director ejecutivo de Inversión de Crecimiento Concentrado en AllianceBernstein, EE.UU., cree que Azure puede crecer hasta 40% de forma anual durante los próximos cinco años.
UNA VENTAJA QUE NO SE RINDE
Los dividendos han generado alrededor del 20% de las ganancias en acciones en este mercado alcista. Importan aún más cuando los mercados se estancan.
ACCIONES FINANCIERAS
En un sector que enfrenta poderosos vientos en contra, los comercios callejeros parecen más fuertes que Wall Street.
Esforzándose como lo hacen en una industria regulada con firmeza y de menor crecimiento, las acciones financieras suelen cotizar con descuento en el mercado general. En estos días, la brecha parece un bostezo abismal. Las acciones financieras en el S&P 500 se cotizaban a 12.8 veces su PER para 2020 a principios de noviembre, comparadas con un promedio de 18% para el índice total.
Esa métrica decepcionante tiene sentido en muchos aspectos. De hecho, los analistas esperan que las ganancias del sector disminuyan el siguiente año. El giro de la Fed hacia la baja de tasas dificulta la capacidad de los bancos para obtener rendimientos por intereses netos —la diferencia entre lo que pagan por los depósitos y lo que ganan con los préstamos—.
Las firmas centradas en la banca de inversión, como Goldman Sachs y Morgan Stanley, han sido golpeadas en sus resultados con innovaciones tecnológicas que erosionan sus márgenes de ganancias en los mercados de capital y transacciones.
Y al sector en general tiende a irle peor en una desaceleración. “Los bancos parecen muy baratos, pero tienen más vientos en contra”, cree Olivia Engel, directora ejecutiva de inversión de capital cuantitativo activo de State Street Global Advisors.
A lo que algunos inversionistas responden: navegue contra la corriente. “Los mercados están descontando demasiado [a los bancos] por el riesgo de una recesión”, analiza Nathan Thooft, director de Colocación de Activos Globales de Manulife Asset Managment. “Mientras la economía no entre en recesión y haya un crecimiento decente de crédito, los bancos obtendrán ganancias”.
Por ahora, parece que esos beneficios se irán de empresas que enfrenten consumidores a las que cierran tratos en Wall Street. Bank of America (BofA) entregó un crecimiento de ganancias sólidas bajo el director general Brian Moynihan, quien incrementó las ganancias mantieniendo los costos a raya.
BofA ha gastado miles de millones de dólares en desarrollar y actualizar su infraestructura tecnológica y además actualizar miles de sucursales y abrir cientos de locaciones físicas.
Con empresas de todo tipo lidiando con la rápida evolución de los pagos digitales, ninguna empresa está mejor preparada para atenderlas que PayPal. Esta firma es aceptada por más de 75% de los 500 principales minoristas de internet de EE.UU. y tiene una posición envidiable en las transferencias de dinero por celular vía su plataforma Venmo.
La firma cotiza como acción tecnológica a 29 veces su precio-beneficio para el año fiscal 2020 y los analistas proyectan que sus ingresos crecerán 17% el año que viene, justificando esa valuación.
CARGA ESE PESO
La inversión empresarial en EE.UU. se ha reducido en meses recientes, pero el gasto del consumidor sigue aumentando de manera constante.
ACCIONES DEL SECTOR SALUD
La ansiedad del año electoral ha mantenido una tapa sobre el precio de las acciones, así que es hora de buscar baratas.
Matt Benkendorf, de Vontobel, tiene un mensaje para los inversionistas: “Esto no es complicado: el sector salud estará bajo el reflector”, en la elección 2020.
Las preocupaciones sobre política (¿habrá Medicare para todos o no?) y el precio de los medicamentos (candidatos tan alejados como Bernie Sanders y Donald Trump prometen reducirlos) están en la mente de los inversionistas. Esto ayuda a explicar por qué el sector salud del S&P ha crecido solo 9% en los 12 meses anteriores, muy por detrás del mercado en general.
Pero no se necesita ser neurocirujano para reconocer que hay otros factores que benefician al sector: una población que envejece en el mundo desarrollado y la creciente afluencia en mercados emergentes están generando una demanda enorme aislada de los vientos políticos.
La razón es que el sector se encuentra repleto de compañías razonablemente valuadas y que no resulta muy probable que sufran en manos de ningún presidente.
A Eric Schoenstein, director y administrador de portafolio en Jensen Investment Management, le gusta Becton Dickinson, una empresa de dispositivos médicos de bajo costo pero esenciales, como agujas y jeringas.
El gasto en la salud de los animales está creciendo tanto como en la gente. Tierney, de AllianceBernstein, favorece a Zoetis, una empresa que surgió del gigante farmacéutico Pfizer. Cree que la compañía, que produce medicamentos para mascotas y ganado está “innovando con productos más que su competencia”.
En cuanto a fármacos para humanos, a Malik (Nuveen) le gusta Merck por su crecimiento en ingresos de un dígito medio a alto y su sólido canal de medicamentos, que incluye algunos emergentes para tratar el VIH y la enfermedad neumocócica.
Malik estima que Keytruda, de Merck, usada para tratar ciertos tipos de cáncer, podría ser el medicamento más vendido en el mundo durante cinco años.
SIN CUMBRE A LA VISTA
La escalada constante en el gasto de salud en Estados Unidos ha provocado llamadas para reformas políticas y económicas.
ACCIONES DE CONSUMO
Estas compañías deberían mantener funcionando la caja registradora incluso si la economía se desacelera.
Una desaceleración en la producción ha mantenido abajo la expansión económica de EE.UU. este año. El influyente índice PMI, que mide la actividad entre los gerentes de compra, cayó en septiembre a su nivel más bajo desde 2009.
Pero el gasto de los consumidores estadounidenses está mucho menos ligado a la fortaleza en la manufactura que hace décadas —y continúa progresando—.
Malik, de Nuveen, y otros expertos piensan que el consumidor seguirá manteniendo el crecimiento global en 2020 con base en indicadores fuertes como el bajo desempleo, el aumento de salarios y las tasas de ahorro.
Pero en caso de que el crecimiento económico se enfríe más, algunos inversionistas están reorientando sus estrategias hacia obtener ganancias de ese gasto mirando al tipo de empresas que se mantienen fuertes hasta cuando los consumidores buscan medir sus gastos.
En una desaceleración, los consumidores suelen mostrar un “efecto a la baja”, explica Lori Keith, de Parnassus. “Los clientes que pueden comprar hoy en Macy’s cambian por minoristas de menor precio”, sugiere Keith. Es por eso que muchos inversionistas están mirando a TJX Companies, la matriz de T.J. Maxx y Marshalls, entre otras tiendas de descuento.
A Schoenstein también le gusta General Mills, el coloso de alimentos y cereales que produce Cheerios y Lucky Charms. Watts, el estratega de William O’Neil, resalta Home Depot por su dividendo sobre el promedio (2.3% en la actualidad) y fuerte crecimiento de ingresos.
El minorista de mejoras para el hogar muestra una demanda consistente del grupo demográfico de más edad y rico de productos “hágalo usted mismo” —una tendencia que muchos inversionistas creen que sería resistente a cualquier desaceleración—. Watts resalta que el dividendo de Home Depot ha aumentado durante los últimos cinco años y ha registrado un crecimiento de ingresos de casi 6% durante los últimos 12 meses.
Otro gran minorista es Target, que sigue demostrando que puede prosperar en un universo de comercio electrónico y está posicionado para aumentar sus ingresos 3% el próximo año fiscal —un cambio pequeño en algunas industrias, pero saludable para un minorista—.
¿SOBREVIVIRÁN LOS EMERGENTES?
Una caída prolongada agravada por las tensiones comerciales ha afectado las acciones de los mercados emergentes. Algunos inversionistas esperan un regreso.
MERCADOS EMERGENTES
En China, India y el sureste de Asia, la clase media llegó para quedarse.
Entre las tensiones comerciales en Asia y las condiciones casi recesivas en Europa que han perjudicado a las empresas que exportan sus productos allí, las acciones internacionales han tenido una mala racha.
Luego de dos años de rendimientos inferiores a las acciones estadounidenses, el Índice MSCI de Mercados Emergentes cotizaba a 13.5 veces las ganancias a finales de octubre comparado con el múltiplo de 22.3 del S&P 500.
Aunque sería bueno recordar que estas dinámicas “vienen en ciclos”, pide Jed Weiss, quien administra el Fondo Fidelity Investments’ International Growth. “Hace 12 años, las acciones internacionales habían superado a las de EE.UU.”, apunta. En la actualidad, agrega, “si logras bloquear el concentrarte solo en las ideas de acciones subyacentes, encontrarás que hay mucho valor”.
Entre esas ideas de inversión están comprar acciones de empresas de servicios financieros que capitalizan los cambios demográficos de los mercados emergentes. Con más gente en naciones como China, Tailandia y Malasia ingresando a la clase media, las aseguradoras internacionales como AIA Group, basada en Hong Kong, están en posición de sacar ventaja.
En estos y otros mercados, “los ciudadanos no se benefician del mismo tipo de seguridad social que tenemos en EE.UU. y Europa”, revela Weiss. AIA, que ha visto un repunte de sus acciones de más de 30% en los últimos 12 meses, tiene décadas en el mercado y se beneficia del reconocimiento de marca y un sólido historial.
Los bancos también están sacando ventaja de sectores demográficos favorables en los mercados emergentes. El banco más grande del sector privado de India, HDFC Bank, ha realizado grandes avances en un mercado interno todavía dominado por instituciones financieras respaldadas públicamente.
Alibaba Group sigue teniendo la historia de crecimiento más impresionante en el negocio global.
A pesar de que la economía china muestra señales de debilidad, el minorista más grande del planeta aún ofrece resultados excepcionales, con ingresos que aumentaron 43% el año pasado y pronósticos de que continuará con esa impresionante trayectoria.
La filial de Alibaba, Ant Financial, que opera Alipay, le ofrece a la propia firma una exposición masiva al espacio de los pagos móviles, algo que crece con notable rapidez.
Para los aprehensivos al seleccionar acciones individuales en mercados lejanos, siempre hay fondos de inversión cotizados (ETF) en el extranjero. Los ETF iShares Core MSCI Total International Stock (IXUS) y Vanguard FTSE All-World Ex-U.S. (VEU) son ahora los fondos enfocados en acciones internacionales mejor calificados por la empresa Morningstar.
Cada fondo sigue con atención los índices en mercados desarrollados y emergentes, según concluye el analista Daniel Sotiroff, de Morningstar, y ambos están “ponderados por la capitalización de mercado” para enfatizar a las compañías más grandes que tienden a ser menos volátiles.