El anuncio de la tecnología codi para transferir dinero de una cuenta a otra por medio de un código QR, el boom de las empresas fintech y la necesidad del Gobierno de México de recaudar más, podrían detonar el uso extensivo de las transacciones digitales. ¿Qué detiene a los mexicanos para dejar atrás el efectivo en los gastos cotidianos?
En el Silicon Valley chino, Shenzhen, el dinero en efectivo es una reliquia que rara vez se ve en las calles. Aplicaciones como WeChat y AliPay permiten a los usuarios realizar transacciones por medio del escaneo de un código QR en algún comercio o enviar dinero entre amigos por medio de su smartphone.
No se trata nada más de comercio electrónico, sino que cuando prácticamente todas las transacciones se hacen por medio de una plataforma electrónica, el concepto de “comercio electrónico” cobra otro sentido: el de simple comercio.
Por supuesto, para realizar esas transacciones digitales se requiere de una cuenta bancaria en la mayoría de los casos. Sin embargo, en México solo 37% de los adultos están bancarizados, según el Panorama Anual de Inclusión Financiera 2019 de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Uno de los motores de las transacciones digitales es el comercio electrónico, que en 2018 en México representó 25,000 millones de dólares (mdd). Pero solo 9,000 millones provinieron de alguna tarjeta, de débito o crédito, el resto fue con efectivo.
Con un año en México, al director general de AT&T en el país, Laurent Therivel, le llamó la atención este hábito de los usuarios mexicanos: “Muchas personas reciben su nómina y lo primero que hacen es ir al cajero automático y convertirlo en efectivo para su bolsillo”.
Es la lógica contraria al mismo comercio electrónico, donde se esperaría que los pagos fueran también electrónicos. Pero hay una relación estrecha con los billetes y monedas. Therivel da un ejemplo de cómo ya se pueden realizar pagos digitales incluso sin una cuenta bancaria: “El balance que tienen en su cuenta prepagada de celular es una cuenta digital. La gente va a una tiendita, da efectivo que se convierte en un balance prepagado en su teléfono.
La gente usa ese balance para servicios de entretenimiento: apps, videos…”. Sin embargo, el director de AT&T México señala que no busca dar servicios financieros.
Según el Banco de México (Banxico), en la actualidad la proporción de las transacciones se estiman en 15% con tarjeta contra 85% con efectivo. El mismo banco central busca revertir tal proporción al incentivar los pagos digitales por medio del Cobro Digital (CoDi).
Si bien el comercio electrónico es un indicador relevante del uso de pagos digitales, herramientas como el código QR que utiliza CoDi pretende facilitar las transacciones de dinero entre dispositivos, incluso sin una compraventa.
Se trata de una transferencia por medio de SPEI de una cuenta de débito a otra, al leer el código con la cámara de un smartphone contra la pantalla de otro celular.
Aunque sí requiere una cuenta bancaria, no se necesita una aplicación más allá que la del propio banco o la de Banxico. Incluso, quedan fuera las redes de pago Visa y Mastercard, las cámaras de compensación, como eGlobal o Prosa y las terminales punto de venta.
Así, se espera que Latinoamérica terminará este año con un crecimiento de 36.3% en transacciones desde móviles y México será el segundo país de la región que más crecerá, según eMarketer.
Los mexicanos hoy tienen las condiciones para usar menos efectivo. Mientras gobierno, bancos, reguladores y empresarios, impulsan los pagos digitales, la fuerza de la costumbre y la delincuencia los ralentizan.
37% ADULTOS EN MÉXICO CON CUENTA BANCARIA
Tarjetas de débito
- 153 millones de plásticos emitidos
- 53 millones de tarjetas activas
Tarjetas de crédito
- 27 millones de plásticos emitidos
- 22 millones de tarjetas activas
Fuente: Banxico
También lee: Opinión | La necesidad de innovación en las tarjetas de crédito
LOS BANCOS HAN MUERTO, VIVAN LOS BANCOS
Las ventajas de tener una cuenta bancaria no parecen palpables para algunos usuarios de la banca tradicional, y muchas de estas instituciones se perciben aún como anquilosadas. Hasta hoy ha sido la manera por antonomasia de hacer pagos digitales: con una cuenta de captación o débito. Es decir, por medio de un banco.
De aproximadamente 37% de los adultos que están bancarizados, según Banxico, 44% abandonó su cuenta de débito porque dejó o perdió el trabajo que solía depositarle, según Therivel, de AT&T. Y quizá regresaron al efectivo.
Si bien algunas personas no veían valor en tener una cuenta, ahora las instituciones bancarias buscan quitarles motivos para no usarlas. Con CoDi y tecnologías como el contactless y el NFC, que permiten pagar con el smartphone, se evita la clonación de las tarjetas.
Además, los comercios no tendrán la necesidad de contar con cambio o “morralla” suficiente, no temerán ser asaltados e incluso no tendrán que lidiar con la suciedad de los billetes y monedas (detalle que puede marcar la gran diferencia en un despachador de tacos de canasta en cuestión de tiempo e higiene).
“La Ley Fintech y CoDi han sido lo mejor que le ha pasado a México”, cree Hugo Nájera, gerente de Banca Digital de BBVA, el banco con mayor participación de mercado en el país.
La llamada Ley Fintech pone “piso parejo” para la competencia entre las nuevas instituciones fintech y los bancos tradicionales. Además, hacer crecer el número de pagos digitales puede ser un buen negocio.
Como ejemplo, Ant Financial, creadores de AliPay, hoy es la fintech más grande del mundo, valuada en 150,000 mdd.
Los pagos digitales pueden desincentivar la evasión fiscal. Según el estudio de Everis Por qué una Latinoamérica sin efectivo sería más segura, inclusiva y eficiente, Perú aumentaría 2.4% su PIB si incrementa sus pagos digitales 30% durante los próximos cuatro años, al disminuir la evasión fiscal.
Algo similar podría suceder en México. Con la exigencia internacional de seguir lineamientos antilavado de dinero, el Gobierno mexicano detecta inconsistencias en el dinero que entra y sale de las cuentas de los usuarios, con la llamada discrepancia fiscal. Esto, por supuesto, no se puede hacer con el efectivo.
PORCENTAJE DE ADULTOS CON CUENTAS DE CAPTACIÓN
“El eslabón más débil es la delincuencia”. Hugo Nájera — gerente de banca digital de BBVA
EL HAMBRE Y LAS GANAS DE COMER
La mesa está puesta. El año pasado, 73.5% de la población mexicana de seis años o más usó el celular según una encuesta del Inegi. De ellos, ocho de cada 10 usuarios contaban con un teléfono inteligente. Además, el nivel socioeconómico bajo aumentó su conexión a internet 5% anualmente en 2017 y 2018 (Asociación de Internet MX). Es decir: México cuenta con suficiente conectividad a internet por medio de un smartphone, la infraestructura básica para implementar los pagos digitales.
Según Antonio Peláez, director general del proveedor de tecnología Dapp (software que permite a los comercios recibir pagos por otros códigos QR en las terminales de pago existentes), de los 53 millones de usuarios bancarizados en México, solo 22 están activos. El reto, dice, es convencer a quienes ya tienen cuentas de emplear los pagos digitales.
Ahora que el Gobierno y los bancos impulsan CoDi, las transacciones entre celulares en México tienen un costo cero para los usuarios, así que ese tema no es un problema. Incluso se resuelve parte de la inseguridad, pues las personas son menos susceptibles a ser asaltadas. Otro incentivo despachado.
“El eslabón más débil es la delincuencia”, afirma Hugo Nájera, de BBVA. Quienes viven de ella como derrama económica, no pueden bancarizarse. Por más incentivos y ventajas que ofrezcan los pagos digitales, como descuentos o accesos exclusivos, no tendrán efecto en ellos para usar los pagos digitales.
Según un análisis de Gustavo Méndez, de Deloitte México, el primer factor para no querer bancarizarse es la fiscalización, es decir, no querer que las autoridades sepan cuánto dinero se tiene en una cuenta. La segunda razón, según la consultora, es la desconfianza hacia las nuevas tecnologías.
Parte de las tácticas para estimular los pagos digitales sobre el efectivo es “saltarse” la tarjeta o bien, “el plástico”. Decenas de empresas fintech se han lanzado a ofrecer tarjetas de débito completamente digitales. Al descargar su aplicación, por medio de una foto facial, de la identificación oficial y un comprobante de domicilio, en minutos el usuario puede tener una tarjeta digital lista para hacer transacciones desde su teléfono celular.
Para estas fintech, la propuesta de valor ahora reside en el manejo desde una aplicación y no en las sucursales, lo que a algunos les parece una pérdida de tiempo. Entre los casos de este tipo de tarjetas están Albo, Flink, Oyster, Klar y Hey Banco, entre muchas otras, ésta última es la apuesta de una institución de banca tradicional, Banregio.

ELEGIR LAS BATALLAS
Si bien la delincuencia es la principal interesada en no ingresar al sistema de pagos, hay que decirlo, el uso del efectivo tiene ventajas. Sin embargo, “quienes, por alguna razón, prefieren usar efectivo en grandes cantidades, no los vamos a cambiar. Ellos no son el objetivo”, señala Hugo Nájera, de BBVA.
En China, AliPay nació como intermediario entre el comercio electrónico y el usuario, para garantizar a este último que el servicio o productor se entregaba a cambio del pago. No tuvieron una regulación sino hasta 11 años después, pero no se trata de hacer lo mismo que en China.
En México los reguladores han hecho su parte. Con la llamada Ley Fintech están puestas las reglas del juego para innovar no solo en el sistema de pagos, sino en otros servicios financieros digitales. Y sin duda, en México el comercio electrónico será un gran motor para las transacciones digitales al crecer cada vez más rápido, a 35.9% anual.
No es casualidad que empresas como Stripe, un unicornio (valuada en más de 1,000 mdd) haya llegado a México semanas antes de entrar en vigor la Ley Fintech. Ofrece soluciones B2B a plataformas de e-commerce para gestionar pagos en línea, con clientes como Urbvan, Rappi, Homely y Cornershop. Su director en México, Eduardo Serrano, comenta que México es el territorio donde todo mundo quiere estar: “Tiene los indicadores para crecer, mientras otras regiones ya no lo hacen”, respecto a número de transacciones digitales.
Muchos actores del sector esperan que se dé el boom de los pagos digitales. Aunque no se pretende eliminar por completo el efectivo, estos casos muestran el dilema del huevo y la gallina. Algunas personas no dejan el efectivo de lado porque los comercios que frecuentan solo aceptan ese medio de pago, y tales comercios solo lo aceptan porque son los usuarios quienes siempre tienen efectivo en sus bolsillos.