La criptomoneda vio varios nuevos máximos entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre.
La criptomoneda vio varios nuevos máximos entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre.
Como de montaña rusa. Durante las últimas horas de este jueves, el precio de Bitcoin era de aproximadamente 7,000 dólares, habiendo alcanzado el umbral por primera vez unas horas antes.
El repunte continuó un rally que comenzó el miércoles, cuando el Chicago Merchantile Exchange (CME) -uno de los centros financieros más importantes del mundo- anunció planes para ofrecer futuros de Bitcoin, una medida que podría agregar más inversionistas institucionales a los mercados de Bitcoin y, en teoría, elevar los precios.
Mientras que los inversores de Bitcoin aplaudieron la escalada, doblando la decisión de la CME un paso hacia la legitimación de la criptomoneda, también fue un recordatorio de que las monedas digitales aún tienen un largo camino por recorrer antes de llegar a la adopción general.
Después de subir a 6,500 dólares por primera vez un día antes, los precios de Bitcoin subieron tan alto como a 7,350 dólares el jueves, probablemente gracias a los comerciantes en Asia al notar el anuncio de la CME.
“Esto es el despertar de Asia”, dijo el director general de la firma Crypto Asset Management, Timothy Enneking, refiriéndose al temor de perderse un motín potencialmente lucrativo.
Pero la euforia no duró. En el transcurso de los siguientes 20 minutos aproximadamente, los precios de Bitcoin descendieron 550 dólares para colocarse en los 6,800, una variación del 7,5%.
Si bien la volatilidad de Bitcoin ha disminuido desde su inicio, las fluctuaciones de los precios han seguido preocupando a los reguladores y a los inversionistas institucionales, impidiendo el uso generalizado.
A principios de año, por ejemplo, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) negó una propuesta que permitiría un fondo de Bitcoin que cotizara en la bolsa.
Algunos inversionistas de la moneda digital esperaban que un fondo de inversión vinculado a la criptomoneda hiciera lo que ahora esperan que haga la decisión de la CME: atraer a más inversores institucionales.
En la propuesta negada, la SEC señaló que Bitcoin tenía “defectos fundamentales” que la convertían en una “clase de activos peligrosos para forzar una estructura negociada en bolsa”.
Esos defectos incluyen la volatilidad de los precios, la baja liquidez, los volúmenes de negociación poco profundos y la exposición sobredimensionada a la negociación en países con una supervisión reguladora débil.
De ser concedido, los inversionistas de Bitcoin esperan que la decisión de la CME, que todavía está pendiente de revisión regulatoria, aumente el número de jugadores en el mercado, resolviendo algunos de esos problemas al reducir la volatilidad y aumentar la liquidez.
Pero otros problemas, incluida la creación de un marco normativo para Bitcoin tanto en los Estados Unidos como en el extranjero, llevará tiempo. Además de eso, la criptomoneda todavía está sufriendo dolores de crecimiento en el aspecto tecnológico.
Los usuarios de Bitcoin se están preparando para un potencial 2x hard fork, que sucede cuando el blockchain -la plataforma que respalda la criptomoneda- se divide en dos, en función de un cambio fundamental en las reglas que rigen el sistema. El movimiento será llamado Segwit2x y llegará más adelante este mes.
Dado que Bitcoin está descentralizado, sus usuarios deben aceptar actualizar el mismo software y las mismas reglas para mantener en funcionamiento la criptomoneda.
Si solo algunos usuarios deciden no acatar esos cambios, crea una nueva criptomoneda. Hasta ahora, el 2x hard fork, que en teoría aumentaría la velocidad de las transacciones al aumentar el tamaño de los bloques a dos megabytes desde un megabyte, ha sido divisivo.
La falta de consenso ha estimulado las preocupaciones de que la propia comunidad de Bitcoin podría fragmentarse.