Amgen invierte para combatir el cáncer y consigue una aprobación histórica.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), mantiene su ritmo potencialmente récord en la aprobación de nuevos fármacos, dando luz verde al primer imitador “biosimilar” de un fármaco contra el cáncer. Para el nuevo tratamiento, la biotecnológica americana Amgen’s Mvasi, tiene un gran blanco en la mira: Avastin. Una terapia versátil contra el cáncer del fabricante de fármacos Roche, del que se estiman casi $7 mil millones en ventas globales anuales, incluyendo $3 mil millones en Estados Unidos.
Avastin, como muchos medicamentos contra el cáncer, es extremadamente caro. Y esa fue una de las motivaciones para introducir en el mercado a un competidor clínicamente probado como Mvasi (también conocido como bevacizumab-awwb). Los biosimilares son copias aproximadas de medicamentos “biológicos” que deben demostrar ser “similares” al producto de marca que intentan imitar. Mvasi está aprobado en todos los tipos de cáncer que Avastin (cáncer colorrectal, pulmonar, cerebral, renal y cervical).
“Llevar nuevos biosimilares a los pacientes, especialmente para las enfermedades donde el costo de los tratamientos existentes puede ser alto, es una forma importante de ayudar a estimular la competencia que puede reducir los costos de la atención médica y aumentar el acceso a terapias importantes”, dijo Scott Gottlieb, “Continuaremos trabajando duro para asegurar que los medicamentos biosimilares lleguen al mercado rápidamente, a través de un proceso que asegura que estos nuevos medicamentos cumplan con el riguroso estándar de seguridad de la FDA para la seguridad y eficacia”.
Los biosimilares no han estado en el mercado de los Estados Unidos por mucho tiempo, a pesar de que han estado en otros países por más de una década. La primera fue aprobada solamente en el año 2015. La gran pregunta acerca de ellos es cuánto podrían reducir el gasto en atención de salud y si sus precios competitivos se traducirán en ahorros para los pacientes.
Por ejemplo, algunos biosimilares se han introducido en descuentos relativamente modestos del 15% a los precios de lista de productos de marca; otros, como la recién aprobada copia de Merck de Johnson & Johnson, el best-seller Remicade, puede venir hasta con un 35% de descuento. No está claro cómo Amgen y su socio Allergan podrán ponerle un precio a Mvasi.
Pero, incluso si resulta significativamente más barato que Avastin, existe la posibilidad de que esos descuentos sean vistos en su mayoría por intermediarios como las farmacias y compañías de seguros durante las negociaciones detrás de la creación del nuevo tratamiento. Eso probablemente se traduciría en algunos ahorros en el bolsillo para los pacientes, pero no necesariamente cualquier recorte de precios se traspasa al consumidor.