Acción Ciudadana Frente a la Pobreza presenta un reporte sobre las condiciones precarias en las que viven millones de trabajadores mexicanos.
En México existen casi 32 millones de personas que no ganan lo suficiente para adquirir la canasta básica para dos personas, y difícilmente pueden quedarse en casa si no reciben apoyo económico para subsistir, apuntó la agrupación Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, a través del Observatorio de Trabajo Digno.
La organización presentó un reporte especial con datos sobre las condiciones precarias en las que viven millones de trabajadores mexicanos, y planteó propuestas para enfrentar la emergencia económica por la que atraviesa el país debido al nuevo coronavirus.
Indicó que otras 13.4 millones de personas tienen ingresos suficientes para dos canastas básicas, pero no les alcanza para cubrir el costo de cuatro.
En México, por ley los empleadores deben afiliar a sus trabajadores a la seguridad social. Sin embargo, 34 millones de empleados trabajan sin tener acceso a los servicios de la seguridad social.
La asociación calcula que hay 15 millones de personas que no están afiliados al IMSS, a pesar de tener un trabajo asalariado y subordinado.
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La estabilidad laboral también se ve afectada por las condiciones de precariedad.
“La mitad de quienes trabajo [sic] asalariado carecen de contrato estable, son 18.1 millones de personas que carecen de contrato escrito o tienen contratos temporales” apuntó el Observatorio de Trabajo Digno en su reporte.
A esta cifra hay que agregar a 8.6 millones de personas que trabajan por su cuenta y que se ven afectadas por el confinamiento.
La organización agregó que otro de los grandes problemas a enfrentar es el desempleo. Aunque la tasa fluctúa alrededor de 3% desde hace más de 10 años, la realidad es que esa cifra es mucho mayor y afecta a 7.7 millones de personas.
Afirmó que para tener una cifra más completa, hay que tomar en cuenta a quienes no buscan empleo de manera activa y a quienes no reciben un ingreso. Con ellos, la cifra llegaría a 19.3 millones de personas.
Manifestó que uno de los grupos más vulnerables son las mujeres, pues padecen más del doble de desempleo que los hombres, tienen una menor participación laboral, enfrentan una brecha salarial y muchas realizan trabajos domésticos no remunerados.
Los jóvenes también se han visto afectados por la desigualdad laboral frente a adultos. Entre los principales problemas que enfrentan están: una mayor tasa de desempleo, ingresos más bajos, menor número de afiliaciones a la seguridad social y pocas contrataciones estables.
La organización puso sobre la mesa propuestas para proteger el empleo, como un subsidio para conservarlos, créditos blandos condicionados a cumplimiento de derechos laborales, planes de mejora de salarios y condiciones de trabajo, un plan de transición a un modelo de protección social y servicios de salud universal desvinculado del trabajo.
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