La relación de Steve Jobs con su hija era complicada, revelan las memorias recientes de Lisa Brennan-Jobs.
En un fragmento adaptado en Vanity Fair, tomado de sus próximas memorias, la hija del magnate de negocios Lisa Brennan-Jobs habla sobre la relación desafiante que tenía con su padre, ejemplificada por su negativa a admitir que nombró a la computadora Lisa 1983 por ella.
Las memorias se publicarán en el libro Small Fry en septiembre.
Anticipadamente a la publicación se publicó un extracto emocional. Transmite cómo, siendo adolescente, Brennan-Jobs despreocupadamente, aunque con suerte, le preguntó a su padre si la computadora, precursora del Macintosh y un fracaso comercial, llevaba su nombre.
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Steve Jobs –quien tuvo una larga y tensa relación con Chrisann Brennan, la madre de Lisa– respondió “no” a su hija, escribe. Sin embargo, cuando se enfrentó con la misma pregunta años después cuando Bono de U2 le preguntó dentro de la exuberante villa del cantante en la Costa Azul (que Bono mostró al dúo de padre e hija “como si no pudiera creer que era suyo”) Jobs dijo la verdad: sí, lo fue.
El autor dice que la “mentira” de hoy parece “absurda” para ella. En ese momento, le agradeció a Bono por extraerle la verdad a su padre y, en una conclusión escribe: “Como si fueran personas famosas, otras personas famosas a su alrededor para revelar sus secretos”.
Jobs negó que él fuera el padre de Brennan-Jobs hasta que una prueba de ADN realizada cuando tenía dos años demostró lo contrario. Jobs tuvo una mano en nombrar a la niña Lisa cuando nació, otro hecho que Brennan-Jobs relata que luchó por entender.
Por Alice Tozer