El futuro del presidente Trump depende de la agilidad con la que el Congreso resuelva un proceso de investigación en su contra. Aquí una guía para entenderlo.
A pesar de la insistencia, que por meses llevaron a cabo miembros del Partido Demócrata —incluidos varios candidatos presidenciales—, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., había evitado accionar un proceso de investigación en contra del presidente Donald Trump.
Su prioridad era proteger, e incluso aumentar en las elecciones de 2020, los escaños que ocupan los demócratas en la Cámara Baja, hoy mayoría. Si hubiera un juicio político, estos se verían perjudicados en distritos con márgenes reducidos.
Sin embargo, el pasado 24 de septiembre Pelosi dio el visto bueno para iniciar formalmente el proceso de investigación comúnmente conocido como impeachment.
Tras la información revelada por dos piezas que podrían convertirse en el fundamento de un juicio político y, aunque hoy improbable, en una condena y remoción de Trump del cargo.
La primera fue la alerta levantada por un denunciante anónimo (whistleblower) sobre la comunicación que Trump mantenía con un líder extranjero, que fue propiamente evaluada por Michael Atkinson, inspector general de la comunidad de Inteligencia y catalogada como “urgente”.
La segunda pieza fue la revelación del texto de la llamada telefónica entre Trump y el recién elegido presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, durante la cual el presidente de EE.UU. solicitaba a su homólogo investigar el grado de involucramiento de Ucrania en las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016.
Así como los detalles de la colaboración de Hunter Biden –hijo del exvicepresidente y actual candidato presidencial Joe Biden– con una compañía energética con sede en Kiev.
La gota que derramó el vaso para convencer a Pelosi y a un bloque de demócratas moderados de iniciar el proceso de investigación fue el hecho de que Trump dio a entender, durante la llamada, que el envío de ayuda económica a Ucrania estará sujeto al nivel de cooperación de dicha nación.
Durante el New Yorker Festival celebrado del 11 al 13 de octubre, Pelosi afirmó que su decisión no fue para atacar a Trump, sino para preservar los principios democráticos que los fundadores de la nación idearon cientos de años atrás.
De acuerdo con una encuesta llevada a cabo en octubre por el periódico The Washington Post y la Facultad de Política y Gobierno Schar de la Universidad George Mason, 58% de los encuestados apoyan la decisión de Pelosi de emprender la investigación, con 49% inclinándose por la destitución del presidente.
Se trataría del cuarto mandatario en la historia política de EE.UU. en ser investigado tras los casos de los expresidentes Andrew Johnson, Richard Nixon y Bill Clinton.

¿QUÉ PASARÍA CON EL T-MEC?
La duración del proceso y una resolución a favor o en contra de Trump es difícil de determinar en este momento, más aún cuando la administración federal ha sido reticente a cooperar con el caso.
Pero tendrá un peso prioritario en la agenda legislativa del Congreso de Estados Unidos durante los meses por venir, opacando temas urgentes como la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
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De acuerdo con analistas económicos de Wells Fargo, si el juicio político consume gran parte del oxígeno legislativo durante los próximos meses será difícil aprobar el tratado para finales de año o incluso principios de 2020.
Los analistas también consideran que cuanto más se acerquen las elecciones de 2020, los miembros del Congreso estarán menos dispuestos a votar sobre el acuerdo comercial, además de otros temas pendientes, retrasando así (es decir, todavía más) la ratifición.
ABC DEL PROCESO DE “IMPEACHMENT”
El árticulo 2 sección 4 de la Constitución de EE.UU. plantea la ruta crítica para formular un juicio político contra un funcionario de gobierno.
- El proceso inicia con una investigación formal. La Cámara de Representantes está facultada para iniciar la investigación.
- Seis comités son los encargados de recabar el suficiente material para determinar los cargos por los que podría ser acusado un funcionario bajo los criterios de “traición, soborno u otros delitos”.
- Los seis comités son: Poder Judicial, Inteligencia, Supervisión y Reforma, Asuntos Exteriores, Servicios Financieros y Finanzas. Adam Schiff, representante demócrata de California y presidente del Comité de Inteligencia, supervisará la investigación sobre lo relativo a Ucrania.
- De acuerdo con Kate Shaw, profesora de leyes de la Universidad Yeshiva, el intercambio telefónico entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky da suficientes herramientas para armar un caso por extorsión, soborno y abuso de poder. Trump no niega haber conversado con él, pero rechaza que haya sido un diálogo inapropiado.
- Se necesitan al menos 218 votos (mayoría simple) en la Cámara de Representantes para movilizar la investigación a un juicio político en el Senado. De acuerdo con el NYT, al 10 de octubre al menos 228 congresistas apoyaban el proceso.
- Una vez que la mayoría de los representantes voten a favor de llevar el juicio al Senado (encargado de actuar como gran tribunal), este decidirá si el presidente puede permanecer en su cargo o deberá ser removido permanentemente. Es en esta fase donde el presidente Trump prepararía su defensa legal.
- Al menos dos tercios de los senadores deberán votar para absolver o declarar culpable al presidente Trump sin poder apelar. En caso de ser removido, el vicepresidente Mike Pence asumiría el cargo como presidente de Estados Unidos.
LOS OTROS JUICIOS POLÍTICOS
Tres presidentes en la historia política de EE.UU. han atravesado un proceso de impeachment. Aunque las acusaciones varían, los casos de los expresidentes Andrew Johnson, Richard Nixon y Bill Clinton servirán como antecedentes para que los congresistas decidan sobre el futuro político de Trump.
En los tres casos, los presidentes se han enfrentado a una mayoría en la Cámara de Representantes del partido opositor.

Opinión | Posible impeachment de Trump repercutirá en las elecciones de EE.UU.