Como financiero, Carlos Bremer creó la compañía más rentable del sector y a prueba de crisis. Como filántropo, ha empezado a capitalizar ese expertise de 25 años al frente de VALUE Grupo Financiero, para impulsar nuevos negocios. Así, encontró una forma de ayudar que nunca había imaginado.
Lo difícil con Carlos Bremer es que deje de hablar de sus amigos. Regiomontano al 100%, en esta ciudad los apellidos cuenan. Los Maiz, los Garza, los Sada, los Zambrano, los Gutiérrez, los Muguerza, familias que son sinónimo de Monterrey. Todos conocen a Carlos y a los otros cuatro hijos de don Guillermo Bremer y Sarita; hay matrimonios y larguísimas amistades entrelazándolos.
Carlos creció en la capital de Nuevo León y desarrolló su primera faceta: la del hombre de finanzas conservador. Con 19 años y muy buenos contactos, ingresó a la casa de bolsa del grupo Banpaís (de los Sada) y el negocio lo fue “jalando”, como dicen los regios; era 1979. Mientras trabajaba de promotor se atravesó en su vida (como en la de todo México) la estatización de la banca. El joven Bremer permaneció en el medio bursátil, por lo que participó en 1985 en la fundación de Ábaco Casa de Bolsa, un negocio que marcó a Monterrey con el éxito y la tragedia en la década siguiente.
En 1993 se asoció con el muy experimentado y querido Javier Benítez Gómez (regio también), para capitalizar lo que se llamaría VALUE Grupo Financiero. El centro de VALUE ha sido –y será– la casa de bolsa, pues nunca, acaso por inspiración divina, quisieron los socios entrarle a la privatización bancaria. Hay, por tanto, un dejo conservador en Bremer. Él mismo se jacta de que el número de colaboradores dentro del grupo se ha mantenido sin cambio durante años. VALUE trabaja solito, sin problemas. Esto es lo que podría haber hecho Carlos Bremer el resto de su vida, y habría estado bien. Sin embargo, su otra faceta salió a flote.
Bremer no tardó mucho en buscar saciar esa comezón que llaman responsabilidad social. La educación y el deporte fueron por años su enfoque. Tiene motivos personales, pero hay que decir que es una costumbre muy regia. La lista de deportistas a quienes ha apoyado es bien conocida, destacando siempre los jugadores de béisbol.
Además, Carlos ha sido un activo contribuidor de la Clinton Foundation y figuró en su Consejo de 2002 a 2017. Aunque el último gran giro fue sin duda Shark Tank México. El programa le dio un nuevo rumbo a Bremer: apoyar emprendedores. Le ha gustado tanto que permanece hasta la tercera temporada (2018) y ha respaldado un total de 54 proyectos.
Hay que decirlo: este financiero de corte conservador, amigo de sus muchos amigos, está realmente encantado con esa nueva alternativa en donde piensa impulsar la creación de miles de empleos. Fortune en Español se sentó con Carlos Bremer para hablar acerca de él como empresario y financiero, pero también sobre ese filántropo e impulsor de nuevos negocios que buscan cambiar a México.
FORTUNE EN ESPAÑOL:
¿Qué tipo de empresario eres?
CARLOS BREMER:
Soy un empresario que en lo que hago, el mundo financiero, trato de enfocarme en hacerlo muy bien; en que todos mis clientes siempre estén satisfechos. Me gusta ver que le va bien a mis clientes, eso para mí es lo más importante. También me gusta ser útil para mi ciudad y mi país, lo trato de hacer de diferentes maneras, en las que creo que puedo aportar. Como van siendo mis posibilidades, intento apoyar lo más posible.
F. Hay dos facetas de tu vida: una como empresario financiero y otra como figura pública. ¿Cuál se te da con más naturalidad?
C.B. Si alguna vez pensé en no hacer algo, eso sería películas o estar en la televisión. El destino me lo ha puesto en el camino, porque en mi responsabilidad social lo debía hacer, por diferentes circunstancias.
En 2005, llegaron conmigo dos empresarios de Hollywood que estaban buscando historias increíbles y una de las que habían encontrado era sobre unos niños mexicanos. En ésta aparecía el nombre de mi papá. Se trataba de unos niños beisbolistas, a quienes ayudó para ser campeones mundiales. Fue uno de quienes estuvieron mandando dinero para que pudieran llegar al campeonato mundial, algo que ningún país había logrado: irle a ganar a Estados Unidos en las ligas pequeñas de béisbol, en 1957. Además, lo hicieron con un juego perfecto que al día de hoy nunca se ha repetido.
Querían que me hiciera socio de los tres productores en Hollywood. Pedían una inversión muy grande; mis abogados me advirtieron que lo iba a perder. No obstante, decidí hacerlo por lo extraordinario de la coincidencia.
Vino la crisis de 2008 cuando iba a estrenarse la película, y quebraron los estadounidenses. Como tenían que hacer deducibles las pérdidas, me dieron la película.
Yo la metí al cajón. Por azares del destino, fui Consejero de la Clinton Foundation de 2002 a 2017. Una de las consejeras era hija de Warren Buffett –Susy Buffett– y un buen día me preguntó si no sabía de un empresario mexicano que tenía una película guardada. ¡Le respondí que era yo! La echamos a andar, aunque la gente en Estados Unidos decía que no quería proyectarla mucho en México porque la gente no tenía dinero, que nada más 14% de los mexicanos iba al cine, contra 85% de los estadounidenses. Yo les respondí que a mí me interesaba que la vieran los mexicanos, así que invertí otro tanto más para que estuviera en todos los cines del país. Fue de las cosas más gratificantes para mí, porque esperábamos que la vieran 250,000 mexicanos, y la vieron 2.5 millones. También recuperé todo mi dinero; nada más en dos salas de las 600 perdimos.
Ahora se me han presentado otros dos proyectos: una de cuando México ganó el primer campeonato mundial de fútbol en las juveniles, en 2005. En octubre viene otra película, de cuando fuimos campeones de la Serie del Caribe. El destino me ha llevado a apoyar esto. Creo que es bueno para el país que los mexicanos vean los triunfos que hemos tenido en la historia.

F. Pero además tienes que ver con el deporte, siempre…
C.B. El deporte siempre me ha gustado, desde chico, y cuando empezamos en la parte financiera, decidimos comenzar a apoyar pequeños proyectos enfocados en eso. Es muy bueno para la ciudad, que los jóvenes estén entretenidos haciendo deporte. Yo creo enormemente en los deportistas mexicanos.
Hace como 15 años empezamos más a fondo. Había un fideicomiso en México que se llamaba CIMA, que apoyaba a los 50 deportistas principales del país, pero era muy poca gente. Entonces, decidimos comenzar a apoyar a 10 o 15 con un fideicomiso que llamamos Escala (por aquello de llegar a la cima), y conseguimos que el otro fideicomiso los apoyara también.
Patrocinamos a 10 o 15 muchachos de quienes siete llegaron a las Olimpiadas de Beijing. Eso me llamó mucho la atención y hemos llegado a apoyar a 40 o 50 deportistas. Hoy, tenemos superestrellas como Saúl El Canelo Álvarez, quienes nos han dado muchas glorias.
F. Esta idea de arriesgar, ¿es comparable al grupo financiero?
C.B. No, es muy diferente. El grupo financiero lo tenemos como una mística, como una familia. A todo mundo le pedimos que trabaje en equipo, no permitimos grillas de ningún tipo. Empezamos con un pequeño capital, lo hemos crecido en más de 115 veces desde que lo compramos; [este año] justamente cumplimos 25 años.
F. Si invertiste para crear VALUE Grupo Financiero en 1993, te ha tocado vivir crisis económicas desde el arranque. ¿Cómo las han superado y qué has aprendido de estas experiencias?
C.B. Nos tocó durísimo; te puedo platicar anécdotas de cuando me dijeron que nada más quedaba dinero para pagar sólo dos quincenas. Yo me preocupo mucho por mi gente, los veo como una familia y siempre trato de que seamos rentables en todo lo que hacemos. Esto es lo que permite que el grupo esté muy fuerte.
Estamos bien por nuestro equipo y nuestros clientes. Los clientes mandan en el grupo, más que cualquier dueño. Nuestro objetivo es cuidarlos y tenemos el orgullo de decir que a ninguno le ha ido mal; queremos seguirlos cuidando siempre.
F. Después de sobrevivir aquellas crisis, ¿cómo calificarías el momento que vivimos actualmente?
C.B. Veo que es una época de oportunidades. Veo a nuestros vecinos con una economía muy fuerte, a pesar de que su líder sea muy complicado y controversial. La economía está fuerte
y eso le ayuda a México. Creo que hay buenos años para la economía interna; falta ver qué pasa con el TLCAN. No le confío mucho a este señor [Trump], pero aunque nos quiera atropellar, creo que somos un país grande y podemos desarrollar el mercado interno. Y veo muy fuertes a las economías de todo Latinoamérica.
F. En México, los grupos financieros siguen siendo en su mayoría propiedad de extranjeros, ¿cómo competir frente a los grandes?
C.B. En este grupo [VALUE] somos puros socios mexicanos, de diferentes ciudades. Tengo unos socios maravillosos, que siempre me ayudan a apoyar a mis clientes. En épocas difíciles hemos decidido, por ejemplo, en muchos productos no cobrar nada, para dejar que el cliente saliera adelante. Siempre me han apoyado; estoy muy orgulloso de mis socios. Nosotros siempre hemos podido competir con los grandes; cada vez les quitamos más y a veces los dejamos hasta mareados. A muchos clientes les gusta que los cuides, los protejas, que pienses en ellos. No aspiramos a ganar mucho dinero con los clientes, sino a que ellos crezcan. Ellos son los que nos han hecho grandes: hemos crecido casi 130 veces con los puros clientes, porque no hemos contratado más gente. Son nuestros mejores promotores.
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F. ¿Consideras que debería volver la banca a ser en su mayoría mexicana?
C.B. No lo sé. Lo único que digo es que si van a venir los extranjeros, que vengan a apoyar a los mexicanos, no nada más a llevarse las comisiones. Nosotros somos pro cliente; los extranjeros deberían ponerse las pilas y apoyar más al empresariado mexicano. Porque me voy a la otra faceta, la del apoyo a los emprendedores, en la que también me involucré. Ahí se requiere mucho apoyo financiero.
F. Hablando sobre emprendedores, ¿qué condiciones permiten que en Estados Unidos surja un multimillonario como Jeff Bezos de la nada, y qué nos falta en México?
C.B. No sé si tenemos las condiciones para un Jeff Bezos, aunque no dudo que haya muchos que puedan brillar. Como estoy muy enfocado solamente una cantidad pequeña. Hoy, estamos muy fuertes en Guadalajara y Ciudad de México. Tenemos la posibilidad de absorber a un negocio semejante, con unas 1,000 empleadas que no están tan bien coordinadas. Vamos a salvar esos empleos y todavía no requerimos mucho dinero.Yo les di el consejo de ofrecer el servicio a trasnacionales; los apadrino, los ayudo, hago algunos videos para empresas que quieren contratarlos, y ya.
“Más que capital, los empresarios necesitan de un buen consejo”.
F. ¿Cuántos proyectos has apoyado?
C.B. Yo 54, en las tres temporadas que van de Shark Tank México. Es un brazo que nunca soñé, en donde con tan sólo 10 o 15 proyectos exitosos vamos a crear miles de empleos. Otro caso que parecía pequeño en un inicio es el de una chica que sabe cómo criar gallinas silvestres para que pongan huevos de colores, con propiedades que no tienen los huevos comunes. Esos te los demandan a cualquier precio en Estados Unidos y en México. Está ya toda la producción vendida.
Originalmente, llegó con el proyecto de hacer gallineros de 100 gallinas. Sin embargo, le aconsejé hacer tres macro, de 1,000 gallinas, para dar 80 empleos por gallinero a mujeres en el campo de México. Es un negociazo y la cantidad de empleos que damos es tremenda.
Luego, apoyamos a las comunidades de Guerrero; 500 familias que tienen una líder muy lista, que sólo requieren un pequeño apoyo. Les regalé una camioneta y me hice socio, y ahora contamos con un lugar en Walmart donde venden cosas típicas de Guerrero. Venden toda su producción y ahora nos vamos a unir con familias de Oaxaca y de Chiapas, para sumar a 5,000 agricultores.
Es algo que nunca soñé hacer, que lo hago con poco dinero y mucha estrategia, apoyando a gente buena. Eso para mí, sin duda, es una satisfacción tremenda.
F. Si no existiera Shark Tank México, ¿qué más podría haber en el país para apoyar a los emprendedores?
C.B. Falta mucho apoyo de los bancos, nadie los ayuda, es muy triste. Son como las pequeñas y medianas empresas que ya existen; si tuvieran apoyo, darían más empleo y el país se iría para arriba. Necesitamos que los mexicanos que están en la banca pongan el ejemplo.
F. De parte del gobierno, ¿qué acciones harían falta?
C.B. Existen cada vez más reglas que apoyan al inversionista pequeño. Para el gobierno entrante ese debe ser el objetivo: una economía más fuerte. ¿Cómo lo logras? Creando más empleos y más emprendedores exitosos. Del gobierno entrante me gusta que hablen del cariño al pueblo de México. Deben buscar cómo ayudar a la gente sin regalar el dinero: dar empleos, dar apoyos, pero que no sea subsidio. En España subsidian al que no trabaja y es un desastre.
F. Como amigo de los Clinton, ¿qué posibilidades ves de que Donald Trump se quede otro período de cuatro años en la Casa Blanca?
C.B. El mismo Bill Clinton me dice que ve muy fuerte la economía de Estados Unidos. Eso favorece mucho a quien está en el poder. A pesar de todos los errores tan grandes que ha tenido, como su bandera es cuidar a los estadounidenses, puede ser que lo reelijan. No creo que cambie su forma de ser y no será tan fácil quitarlo, con la economía tan fuerte.
No todos los estadounidenses están de acuerdo con su racismo, muchos que conozco se sienten avergonzados. Acudí a una fiesta el pasado 4 de julio y muchos ahí estaban muy molestos, no se quisieron ni parar a la hora del himno; eso me sorprendió y no pertenecían a algún partido.
F. ¿Qué espera Carlos Bremer seguir haciendo durante los próximos años?
C.B. Yo soy feliz, en mi grupo estoy contento, porque siempre hemos tenido el apoyo de nuestros clientes. Hemos podido tocar vidas de otra forma, hemos visto que podemos ayudar más de lo que pensaba. Yo lo platico para transmitirlo a mis amigos: no es necesario salir en televisión, lo pueden hacer en sus empresas. Que les presenten proyectos. También pueden hacerlo a nivel personal. Con ese tipo de esfuerzos aislados nos vamos para arriba como país. La gente de México es la mejor que existe; hay que hacerlos exitosos a todos.
Por: Jorge Arturo Monjarás
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