La desaparición y casi probada muerte del periodista Jamal Khashoggi, quien era columnista en The Washington Post, pone a la vista nuevamente al gobierno –y para algunos, dictadura– del príncipe heredero Mohammed Bin Salman.
Si bien, se ha caracterizado por las reformas que permiten que las mujeres puedan trabajar y conducir, también por ser parte de un gobierno violento.
Khashoggi vivió en un exilio autoimpuesto en Estados Unidos por las críticas que tenía hacía el gobierno y principalmente hacia Bin Salman. Sin embargo, tuvo que regresar al país para obtener un papel necesario para poder casarse.
The Washington Post apunta a que todo fue parte de un plan ideado por Bin Salam para atraer al periodista a Arabia Saudita, de acuerdo con interceptaciones de inteligencia de Estados Unidos de funcionarios sauditas. Por su parte, funcionarios turcos dijeron que un equipo de seguridad saudí esperó a Khashoggi en el Consulado Saudí y lo mató.
La misma publicación señaló que “altos funcionarios saudíes cercanos al príncipe heredero habían llamado a Khashoggi para ofrecerle protección e incluso un trabajo de alto nivel para el gobierno si regresaba a su país del que era originario”. Pero el periodista siempre mostró su escepticismo de tales ofertas.
Hasta el momento, las investigaciones no han encontrado el cuerpo del periodista, pero funcionarios turcos publicaron imágenes que captaron las cámaras de seguridad y las cuales muestras que a Khashoggi entrando al consulado durante el 2 de octubre, fecha en que se registró su desaparición.
EL PAPEL DE ESTADOS UNIDOS ANTE LA DESAPARICIÓN DE KHASHOGGI
El gobierno de Estados Unidos y los saudíes habían mantenido una buena relación por el petróleo, así como por la compra de armamento. Tras este hecho, la relación por la venta de armas seguirá, aseguró el presidente estadounidense Donald Trump.
Pero el Congreso no está de acuerdo y dice que de confirmarse el lamentable suceso con Khashoggi, se podría suspender esta relación.
The Washington Post alegó que los servicios de inteligencia de EE.UU. tenían información sobre el plan de Mohamed para detener al periodista, cuestión que después se desmintió en Washington.
A pesar de que Trump dijo ayer que investigadores de EE.UU. trabajaban junto con Turquí y Arabia Saudita en el caso, fuentes turcas dijeron que el gobierno estadounidense no estaba participando con ellos.
Hasta el momento no se ha obtenido suficiente información de los saudíes, pero el presidente de Turquía muestra su preocupación por las “consecuencias” que esto puede traer de confirmar la responsabilidad de Arabia Saudita.