La Fundación Bill & Melinda Gates emitió un reporte sobre la salud en el mundo. Fortune platicó con su CEO, la Dra. Sue Desmond-Hellmann, sobre por qué las apuestas son tan altas para todos nosotros. Y sobre la promesa y el peligro en la guerra global contra la pobreza.
Cambiar al mundo durante décadas, Etiopía fue una tierra de pobreza aparentemente interminable, desgastada por varias crisis humanitarias. Se estima que una hambruna provocada por la sequía en 1973-74 dejó 300,000 muertos. Una hambruna aún mayor, a mediados de los 80, mató al doble. Una tercera, entre 1990-2000, terminó con miles más.
Sin embargo, desde entonces, Etiopía ha logrado avances tan sorprendentes para crecer su economía y construir una red comprehensiva de seguridad social, que la Fundación Bill & Melinda Gates dice que ahora está en camino para “casi eliminar la pobreza extrema en el año 2050”.
Estos sorprendentes logros están mencionados en el reporte Goalkeepers 2018 Data Report, escrito por Bill y Melinda Gates y publicado en septiembre pasado. Pero este documento –una evaluación del progreso que hasta el momento han tenido las Metas de Desarrollo Sustentable 2017 de la ONU– no es demasiado optimista. Por cada avance promisorio en la guerra global contra la pobreza y enfermedad, hay un posible resultado peligroso si se pierde el enfoque o el impulso.
“Lo que me gusta del reporte Goalkeepers de este año es que es preciso, enfocándose en países donde ha habido un progreso genuino al igual que en los lugares donde aún debe haber”, señala la Dra. Sue Desmond- Hellmann, quien fue investigadora de cáncer, ejecutiva de biotecnología y canciller de la Universidad de California antes de convertirse en CEO de la Fundación Gates en 2013. “Es fantástico que 1,000 millones de personas hayan salido de la pobreza desde el año 2000.
Aunque si miras las cifras, tres cuartos de estos casos han ocurrido en China e India”, aclara.
El resultado es que quienes siguen viviendo en pobreza en el mundo se concentran principalmente en un lugar: África. Y si la tendencia actual de población y crecimiento económico se mantiene, la situación sólo se pondrá peor.
Para 2050, el 85% de la gente en extrema pobreza en el mundo –aquellos que sobreviven con el equivalente a US$1.90 por día– estará viviendo en África subsahariana. Cerca de la mitad de este total vivirá únicamente en dos países: la República Democrática del Congo (RDC) y Nigeria. Lo cual nos trae de vuelta a una dualidad evidente en el reporte.
“La promesa es que si inviertes en salud y en educación, grandes cosas pasan”, agrega Desmond-Hellmann. Si aplicamos la estrategia que funcionó en gran parte de Asia e India, podemos tener “una tercera ola de reducción de la pobreza en África subsahariana.
El peligro es que, si eso no pasa, el resultado será que la juventud africana [casi el 60% de la población del continente tiene menos de 25 años] no tendrá esa oportunidad y lidiará con la inequidad”.
Este último escenario es un caldo de cultivo de inestabilidad, violencia, migración masiva y también una posible amenaza a la salud mundial. Sin embargo, en su reporte Bill y Melinda Gates le restan énfasis a esas preocupaciones y, en cambio, favorecen lo que ven como una razón más convincente de tomar acción; la oportunidad de aprovechar “el enorme potencial de la gente joven para impulsar el crecimiento”.
La juventud de África, escriben, “son los activistas, innovadores, líderes y trabajadores del futuro”. Su plan para aprovechar esta reserva gigante de capital humano se enfoca en cuatro áreas clave.
1. Invertir en salud
El principal objetivo de la Fundación Gates es abordar los retos más grandes de salud que tiene el mundo en desarrollo: erradicar la malaria, VIH, tuberculosis, neumonía y enfermedades gastrointestinales que aún aquejan y matan a muchos niños pese al enorme progreso que ya se ha hecho en prevenir infecciones.
Una parte central del futuro de esta estrategia es la misma que ha tenido hasta el momento: “las vacunas y las redes de cama [para prevenir las picaduras de mosquitos que provocan malaria] son maneras de bajo costo con las que los gobiernos pueden proteger a sus hijos”, explica Desmond-Hellmann.
“Nosotros, como fundación, podemos trabajar con estos gobiernos: podemos hablar con el ministro de salud y el ministro de finanzas sobre los grandiosos retornos de inversión”.
Aquí, la innovación es crítica. El rotavirus es prevenible ahora gracias a las vacunas elaboradas por Merck y GSK. El ébola también lo será si una vacuna experimental de Merck, que ahora está siendo probada, resulta ser efectiva.
“Puedes decir: ‘¿por qué me interesa la RDC? ¿Por qué me interesa Nigeria?’ Bueno, el ébola nos recuerda que una crisis de salud en algún lado es una crisis de salud en todos lados”, precisa Desmond-Hellmann. “Y tener una vacuna disponible es resultado directo de la inversión del sector privado”.
2. Invertir en educación
“Vietnam”, dice la CEO de la Fundación Gates, “empujó el crecimiento de su PIB un 300% en 25 años al invertir en educación”.
Pero el retorno de inversión aquí no sólo es económico. “Uno de los factores más determinantes de la salud de un niño es el estatus educativo de su madre”, agrega la CEO. “Por eso, cuando inviertes en educación, particularmente en la que incluye a niños y niñas, estás invirtiendo en el futuro de aquellas jóvenes como madres también, así como en la salud de sus hijos”.
3. Invertir en salubridad
Muchas organizaciones filantrópicas han hecho de su meta el proveer acceso a agua limpia. La Fundación Gates está enfocando su atención en otro factor social determinante de salud: la salubridad. Desmond-Hellmann explica: “es parte de nuestro objetivo hacer cosas que los demás no quieren o no pueden”.
La fundación ha “hecho muchas inversiones en sanitarios, particularmente en India, que tiene un programa nacional a gran escala para ofrecer sanitarios seguros a todos sus ciudadanos”, afirma. Otro enfoque es ayudar a las comunidades que no tienen un sistema de alcantarillado para ajustarse a un sistema menos costoso llamado “manejo de lodo fecal” –un sistema que de manera segura transporta, seca y trata los desechos–.
4. Apoyar la planeación familiar
El rápido crecimiento poblacional hace más complicado que ciertas regiones rompan sus cadenas de pobreza. En África, una reducción del 50% en los índices de pobreza dejarían a aquellas personas prácticamente igual, ya que se estima que la población casi se duplicará para el año 2050, destaca el Goalkeepers 2018 Data Report.
Desmond-Hellmann asegura que el objetivo de la fundación es simple: garantizar que cada mujer que quiera anticonceptivos los pueda obtener. “Nuestra filosofía es que una mujer debería poder tener el número de hijos que ella quiera con quien ella quiera. Y para mí, eso es empoderamiento de la mujer, no colonialismo”, finaliza.
Por Clifton Leaf
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